12 Y al día siguiente de que comieron de los productos de la tierra, el maná dejó de caer. Nunca más los hijos de Israel volvieron a tener maná, porque a partir de ese año comieron de lo que la tierra de Canaán producía.
13 Un día en que Josué estaba cerca de Jericó, de pronto levantó la vista y vio delante de él a un hombre con una espada desenvainada en la mano. Se acercó a él y le preguntó:«¿Eres uno de los nuestros, o eres de nuestros enemigos?»
14 El hombre respondió:«Ni lo uno ni lo otro. Estoy al mando del ejército del Señor, y por eso he venido.»Entonces Josué se inclinó con el rostro en tierra, y lo adoró, mientras decía:«¿Qué órdenes tiene mi Señor para este siervo suyo?»
15 El comandante del ejército del Señor le respondió:«Quítate las sandalias de tus pies, porque estás pisando un lugar sagrado.»Y Josué obedeció.