1 Por temor a los hijos de Israel, la ciudad de Jericó estaba muy bien cerrada. Nadie podía entrar ni salir.
2 Entonces el Señor le dijo a Josué:«Date cuenta de que yo te he entregado a Jericó y a su rey, con todos sus guerreros.
3 Pero todos tus guerreros deben rodear la ciudad y caminar alrededor de ella una vez al día, durante seis días.
4 Delante del arca, siete sacerdotes llevarán siete bocinas hechas de cuerno de carnero. El séptimo día tus guerreros darán siete vueltas a la ciudad, y mientras tanto los sacerdotes tocarán las bocinas.
5 Cuando oigan el toque prolongado de las bocinas, todo el pueblo debe lanzar fuertes alaridos. Entonces la muralla de la ciudad se vendrá abajo, y en ese momento el pueblo deberá lanzarse directamente contra la ciudad.»