19 Pero al llegar adonde estaban los ídolos de Gilgal, Aod regresó y le dijo:«Su Majestad, tengo algo que decirle en secreto.»El rey le pidió que esperara, y a todos los que estaban con él les ordenó salir.
20 Como el rey estaba sentado solo en su sala de verano, Aod se acercó y le dijo:«Tengo para ti un mensaje de parte de Dios.»Cuando el rey se levantó de su trono,
21 con su mano izquierda Aod sacó el puñal que llevaba en su lado derecho, y se lo hundió en el vientre.
22 Con tal fuerza se lo clavó, que la empuñadura entró junto con la hoja, y su gordura la cubrió, y Aod no pudo retirar el puñal porque al rey se le derramó el excremento.
23 Entonces Aod salió al corredor, cerró las puertas de la sala tras de sí, y las aseguró con el cerrojo.
24 Al salir Aod, los siervos del rey fueron a ver al rey, pero al ver que las puertas de la sala estaban cerradas, dijeron:«Seguramente el rey se está cubriendo los pies en la sala de verano.»
25 Pero como pasaba el tiempo y el rey no abría, no sabían qué hacer; finalmente, tomaron la llave y abrieron, y se encontraron con que su amo estaba tirado en el suelo, ya muerto.