50 a menos que desde los cielosel Señor se digne mirarnos.
51 Me llena de tristeza ver el sufrimientode las mujeres de mi ciudad.
52 Mis enemigos me acosaron sin motivo,como si persiguieran a un ave;
53 me ataron y me arrojaron en un pozo,y sobre mí pusieron una piedra;
54 las aguas me llegaron hasta el cuello,y llegué a darme por muerto.
55 Desde el fondo de la cárcelinvoqué, Señor, tu nombre,
56 y tú oíste mi voz; no cerraste tus oídosal clamor de mis suspiros;