1 La palabra del Señor vino a Miqueas de Moréset durante el reinado de Yotán, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá. Esto es lo que Miqueas vio acerca de Samaria y de Jerusalén.
2 «¡Escuchen, pueblos todos! ¡Presta atención, tierra, con todos tus habitantes! ¡Que desde su santo templo nuestro Dios y Señor sea testigo contra ustedes!
3 ¡Miren al Señor! ¡Ya sale de su lugar! ¡Ya desciende para hollar las alturas de la tierra!
4 Bajo sus pies los montes se derriten, como la cera ante el fuego; los valles se ahondan, como partidos por las aguas que se precipitan al abismo.
5 Y todo esto sucede por causa de la rebelión de Jacob y por los pecados de la casa de Israel. ¡Y la causa de la rebelión de Jacob es Samaria! ¡Y los lugares altos de Judá están en Jerusalén!
6 »Por eso voy a convertir a Samaria en un montón de ruinas y en tierra para plantar viñas; ¡voy a esparcir sus piedras por el valle, y a dejar al descubierto sus cimientos!