1 ¡Ay de los que aun acostados hacen planes inicuos y maquinan el mal, y en cuanto amanece los ejecutan, porque tienen el poder en la mano!
2 Codician las propiedades de otros, y se las quitan; codician casas, y las toman; oprimen al hombre y a su familia, al hombre y a su heredad.
3 Por lo tanto, así ha dicho el Señor:«Ya he pensado lanzar contra esta familia una calamidad de la cual no saldrán bien parados. No volverán a andar erguidos, porque ese tiempo será malo.»
4 Cuando llegue el momento, su mal será proverbial, y como lamento les cantarán esta endecha:«Hemos sido destruidos por completo.Dios ha cambiado la suerte de nuestro pueblo.¡Nos ha quitado nuestros campos!¡Se los ha dado a otros en propiedad!»
5 Así que no habrá quien reparta terrenos por sorteo en la congregación del Señor.
6 Ustedes ordenan a los profetas que no profeticen, y dicen que no tendrán de qué avergonzarse.
7 Ustedes, que dicen ser de la casa de Jacob, preguntan si se ha acortado mi espíritu, y si ésta es mi forma de actuar. Pero, ¿acaso mis palabras no hacen bien al que se conduce con rectitud?