6 que a filo de espada devastarán la tierra de Asiria y la tierra de Nimrod. Sí, ellos nos librarán de los asirios cuando éstos vengan y ataquen nuestra tierra e invadan nuestras fronteras.
7 Entre los muchos pueblos, el remanente de Jacob será como el rocío del Señor y como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan nada de nadie ni ponen su confianza en los seres humanos.
8 Además, el remanente de Jacob será, entre las naciones y la multitud de los pueblos, como el león entre los animales salvajes y como el cachorro del león entre los rebaños de ovejas, que a su paso aplasta y arrebata, sin que nadie pueda librarse.
9 ¡Levanta, pues, tu mano contra tus enemigos, y destruye a todos tus adversarios!
10 «Cuando llegue ese día, acabaré con todos los caballos y con todos los carros de guerra que hay en medio de ti.—Palabra del Señor.
11 »Además, destruiré las ciudades de tu tierra, y convertiré todas tus fortalezas en un montón de escombros.
12 Asimismo, arrancaré de tu mano las hechicerías, y no volverá a hallarse en ti ningún agorero.