13 Al día siguiente, los jefes de familias de todo el pueblo, y los sacerdotes y los levitas, se reunieron con el escriba Esdras para que les explicara las palabras de la ley,
14 y en el libro que el Señor les había dado por medio de Moisés encontraron una ley, la cual decía que en el séptimo mes del año debía celebrarse una fiesta solemne, durante la cual todos los israelitas debían vivir siete días en enramadas.
15 Esta ley debía pregonarse por todas las ciudades, y en Jerusalén, y la orden era:«Salgan a los montes y corten ramas de olivo silvestre, y ramas de arrayán, y hojas de palmeras y de todo árbol frondoso, y hagan unas cabañas, como está escrito.»
16 El pueblo salió a cortar ramas para hacer las cabañas. Algunos las hicieron en las azoteas de sus casas; otros las pusieron en sus patios, o en el patio del templo, o en la plaza de la Puerta de las Aguas, y hasta en la plaza de la Puerta de Efraín.
17 Todos los israelitas que habían vuelto del cautiverio armaron sus cabañas y durmieron allí, pues desde los días de Josué hijo de Nun hasta ese día no habían cumplido con este mandato, y ahora que lo cumplían sentían una gran alegría.
18 Durante siete días celebraron la fiesta con toda solemnidad, y el octavo día se reunieron en una asamblea solemne, conforme a lo establecido. Y todos los días, desde el primero hasta el último, Esdras leía el libro de la ley de Dios.