7 ¡Entérate, Israel! ¡Ya vienen los días del castigo! ¡Ya vienen los días de la retribución! Pero por causa de tu mucha maldad, el profeta es considerado insensato, y el hombre de espíritu es aborrecido.
8 Ante Dios, Efraín es un vigilante; en todos los caminos, el profeta es una trampa de cazador, odiado en la casa de su Dios.
9 En su corrupción, han llegado a lo más bajo, como en los días de Gabaa. Pero el Señor tomará en cuenta su iniquidad, y los castigará por su pecado.
10 «En un principio, encontré a Israel como a las uvas en el desierto; vi a sus antepasados como a los primeros frutos de la higuera. Pero ellos acudieron a Baal Pegor; para vergüenza suya se apartaron de mí, y se hicieron tan odiosos como los dioses que amaron.
11 La gloria de Efraín se escapará como las aves, de modo que no habrá nacimientos ni embarazos ni concepciones.
12 Y en caso de que sus hijos lleguen a ser grandes, yo los borraré de la tierra. A decir verdad, ¡ay de ellos cuando los deje solos!
13 Según veo, Efraín se parece a Tiro: Ahora se encuentra en un país delicioso, pero acabará por lanzar sus hijos a la matanza.»