17 Y así, Rut recogió espigas en el campo hasta el anochecer, y de todo lo que había recogido desgranó como veinte litros de cebada,
18 y lo guardó y regresó a la ciudad. Al llegar, sacó también lo que le había sobrado después de comer, y se lo dio a su suegra. Y al ver Noemí todo lo que había recogido,
19 le preguntó:«¿Dónde recogiste espigas hoy? ¿Dónde estuviste trabajando? ¡Bendito sea el que te ha tratado con tanta bondad!»Rut le contó a su suegra que había estado trabajando en el campo de un hombre llamado Booz.
20 Entonces Noemí le dijo:«¡Que el Señor lo bendiga! El Señor no nos ha retirado la bondad que mostró hacia nuestros muertos.»Luego añadió:«Ese hombre es pariente nuestro. Es uno de los que pueden rescatarnos.»
21 Y la moabita Rut contestó:«Ese hombre también me dijo: “Júntate con mis criadas, hasta que se acabe la cosecha.”»
22 Noemí le dijo a Rut, su nuera:«Es mejor, hija mía, que espigues con sus criadas, y no que te molesten en otro campo.»
23 Y Rut se quedó espigando con las criadas de Booz, hasta que terminaron de segar el trigo y la cebada. Mientras tanto, siguió viviendo con su suegra.