36 No preguntes tonterías. Lo que tú siembras no cobra vida, si antes no muere.
37 Y lo que siembras no es lo que luego saldrá, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de algún otro grano;
38 pero Dios le da el cuerpo que quiso darle, y a cada semilla le da su propio cuerpo.
39 No todos los cuerpos son iguales, sino que uno es el cuerpo de los hombres, y otro muy distinto el de los animales, otro el de los peces, y otro el de las aves.
40 También hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero la gloria de los celestiales es una, y la de los terrenales es otra.
41 Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna, y otro el de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en su magnificencia.
42 Así será también en la resurrección de los muertos: Lo que se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción;