1 Hermanos, también queremos contarles acerca de la gracia que Dios ha derramado sobre las iglesias de Macedonia,
2 cuya generosidad se desbordó en gozo y en ricas ofrendas, a pesar de su profunda pobreza y de las grandes aflicciones por las que han estado pasando.
3 Yo soy testigo de que ellos han ofrendado con espontaneidad, y de que lo han hecho en la medida de sus posibilidades, e incluso más allá de éstas.
4 Insistentemente nos rogaron que les concediéramos el privilegio de participar en este servicio para los santos,
5 e hicieron más de lo que esperábamos, pues primeramente se entregaron al Señor, y luego a nosotros, por la voluntad de Dios.
6 Por eso le rogamos a Tito completar la obra de gracia que ya había comenzado entre ustedes.