17 El Dios de Israel eligió a nuestros padres y enalteció a su pueblo, y aunque ellos vivieron en Egipto como extranjeros, Dios los sacó de allí con gran despliegue de poder.
18 Durante unos cuarenta años los toleró en el desierto;
19 y después de destruir a siete naciones en Canaán, les dio esas tierras por herencia.
20 Cuatrocientos cincuenta años después, fueron gobernados por jueces hasta que llegó el profeta Samuel.
21 Más tarde pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, quien los gobernó durante cuarenta años.
22 Cuando Dios le quitó el trono a Saúl, puso como rey a David, de quien dijo: “Me agrada David, el hijo de Yesé, porque sé que él cumplirá los planes que yo tengo.”
23 De acuerdo con su promesa, Dios levantó de la descendencia de David un salvador para Israel, que es Jesús.