10 Al instante, ella cayó muerta a los pies de Pedro, y cuando entraron los jóvenes y la hallaron muerta, la sacaron y la sepultaron junto a su marido.
11 Esto hizo que toda la iglesia y todos los que supieron esto se llenaran de mucho miedo.
12 Dios hacía muchas señales y prodigios entre el pueblo por medio de los apóstoles, y todos ellos se reunían sin falta en el pórtico de Salomón.
13 Ninguno del pueblo se atrevía a juntarse con ellos, aunque el pueblo los elogiaba mucho.
14 Los hombres y mujeres que creían en el Señor iban aumentando en número,
15 y en sus camas y lechos sacaban a los enfermos a la calle, para que al pasar Pedro por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.
16 Aun de las ciudades vecinas venían muchos a Jerusalén, y traían a sus enfermos y a los atormentados por espíritus inmundos, y todos eran sanados.