26 Por lo tanto, si el que no está circuncidado obedece lo que la ley ordena, ¿no se lo considerará como si estuviera circuncidado?
27 Y el que no está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti, que desobedeces la ley a pesar de que tienes la ley y estás circuncidado.
28 Porque lo exterior no hace judío a nadie, y estar circuncidado no es una señal externa solamente.
29 El verdadero judío lo es en su interior, y la circuncisión no es la literal sino la espiritual, la del corazón. El que es judío de esta manera es aprobado, no por los hombres, sino por Dios.