3 Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en los sufrimientos, porque sabemos que los sufrimientos producen resistencia,
4 la resistencia produce un carácter aprobado, y el carácter aprobado produce esperanza.
5 Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.
6 Porque a su debido tiempo, cuando aún éramos débiles, Cristo murió por los pecadores.
7 Es difícil que alguien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena.
8 Pero Dios muestra su amor por nosotros en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
9 Con mucha más razón, ahora que ya hemos sido justificados en su sangre, seremos salvados del castigo por medio de él.