1 «De cierto, de cierto les digo: El ladrón y el salteador es el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que trepa por otra parte.
2 Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas.
3 A éste el portero le abre, y las ovejas oyen su voz; y él llama a las ovejas por su nombre, y las saca.
4 Y una vez que ha sacado a todas sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
5 Pero a un extraño no lo siguen, sino que huyen de él, porque no conocen la voz de gente extraña.»
6 Jesús les dijo esta alegoría; pero ellos no entendieron qué les quiso decir.
7 Una vez más Jesús les dijo: «De cierto, de cierto les digo: Yo soy la puerta de las ovejas.