7 entonces le dijo: «Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que significa “Enviado”).» El ciego fue, se lavó, y al volver ya veía.
8 Entonces los vecinos, y los que antes habían visto que era ciego, decían: «¿No es éste el que se sentaba a mendigar?»
9 Unos decían: «Sí, es él»; otros decían: «Se le parece»; pero él decía: «Yo soy».
10 Y le dijeron: «¿Y cómo es que se te han abierto los ojos?»
11 Él les respondió: «Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo untó en los ojos, y me dijo: “Ve a Siloé, y lávate.” Y yo fui, me lavé, y recibí la vista.»
12 Ellos le dijeron: «¿Y dónde está él?» Él dijo: «No lo sé.»
13 El que había sido ciego fue llevado ante los fariseos.