27 para ver a María, una virgen que estaba comprometida con José, un hombre que era descendiente de David.
28 El ángel entró en donde ella estaba y le dijo: «¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo.»
29 Cuando ella escuchó estas palabras, se sorprendió y se preguntaba qué clase de saludo era ése.
30 El ángel le dijo: «María, no temas. Dios te ha concedido su gracia.
31 Vas a quedar encinta, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre JESÚS.
32 Éste será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios, el Señor, le dará el trono de David, su padre,
33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»