33 y después de azotarlo, lo matarán. Pero al tercer día resucitará.»
34 Ellos no entendieron nada de esto, pues el mensaje no les resultaba claro ni podían comprenderlo.
35 Cuando Jesús estuvo cerca de Jericó, junto al camino estaba sentado un mendigo ciego.
36 Al oír éste a la multitud que pasaba, preguntó qué era lo que sucedía,
37 y cuando le dijeron que Jesús de Nazaret estaba pasando por allí,
38 comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!»
39 Los que iban al frente lo reprendían para que se callara; pero él gritaba más aún: «¡Hijo de David, ten misericordia de mí!»