6 y les encanta ocupar los mejores asientos en las cenas y sentarse en las primeras sillas de las sinagogas,
7 y que la gente los salude en las plazas y los llame: “¡Rabí, Rabí!”
8 Pero ustedes no busquen que los llamen “Rabí”, porque sólo uno es el Maestro de ustedes, y ése es el Cristo; y todos ustedes son hermanos.
9 Ni llamen “padre” a nadie en la tierra, porque sólo uno es el Padre de ustedes, y él está en los cielos.
10 Tampoco se hagan llamar “maestros”, porque sólo uno es su Maestro, y es el Cristo.
11 El que sea más importante entre ustedes, sea siervo de todos.
12 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.