3 Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio de Caifás, el sumo sacerdote,
4 y se confabularon para aprehender con engaños a Jesús, y matarlo.
5 Pero decían: «Que no sea durante la fiesta, para que no se alborote el pueblo.»
6 Mientras Jesús estaba en Betania, en casa de Simón el leproso,
7 se le acercó una mujer. Llevaba un vaso de alabastro con un perfume muy caro, que derramó sobre la cabeza de Jesús mientras él estaba sentado a la mesa.
8 Al ver esto, los discípulos se enojaron y dijeron: «¿Pero qué desperdicio es éste?
9 ¡Pudo haberse vendido esto por mucho dinero, y ser dado a los pobres!»