1 Hermanos míos, no se convierta la mayoría de ustedes en maestros. Bien saben que el juicio que recibiremos será mayor.
2 Todos cometemos muchos errores. Quien no comete errores en lo que dice, es una persona perfecta, y además capaz de dominar todo su cuerpo.
3 A los caballos les ponemos un freno en la boca, para que nos obedezcan, y así podemos controlar todo su cuerpo.
4 Y fíjense en los barcos: Aunque son muy grandes e impulsados por fuertes vientos, son dirigidos por un timón muy pequeño, y el piloto los lleva por donde quiere.