6 Pero la gracia que él nos da es mayor. Por eso dice: «Dios se opone a los soberbios, y da gracia a los humildes.»
7 Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes.
8 Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! Y ustedes, los pusilánimes, ¡purifiquen su corazón!
9 ¡Lloren, aflíjanse, hagan lamentos! ¡Conviertan su risa en llanto, y su alegría en tristeza!
10 ¡Humíllense ante el Señor, y él los exaltará!
11 Hermanos, no hablen mal los unos de los otros. El que habla mal del hermano y lo juzga, habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si tú juzgas a la ley, te eriges en juez de la ley, y no en alguien que debe cumplirla.
12 La ley la ha dado Uno solo, el cual tiene poder para salvar y destruir. Pero tú, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?