1 Yo, Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, según la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que corresponde a la piedad,
2 en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos,
3 y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador,
4 a Tito, verdadero hijo en nuestra fe común: Recibe gracia, misericordia y paz, de Dios el Padre y del Señor Jesucristo, nuestro Salvador.
5 Por esto te dejé en Creta, para que corrigieras lo deficiente y establecieras ancianos en cada ciudad, tal y como yo te mandé:
6 ancianos irreprensibles, maridos de una sola mujer y con hijos creyentes, que no estén acusados de disolución ni de rebeldía.