2 Y Ocozías cayó por las celosías de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo envió mensajeros, y les dijo: Id, y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad.
3 Entonces el ángel de Jehová habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿Acaso no hay Dios en Israel, para que vayáis a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón?
4 Por tanto, así dice Jehová: Del lecho en que subiste no descenderás, antes morirás ciertamente. Y Elías se fue.
5 Y cuando los mensajeros se volvieron al rey, él les dijo: ¿Por qué os habéis vuelto?
6 Y ellos le respondieron: Encontramos un varón que nos dijo: Id, y volveos al rey que os envió, y decidle: Así dice Jehová: ¿Acaso no hay Dios en Israel, que tú envías a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, del lecho en que subiste no descenderás, sino que de cierto morirás.
7 Entonces él les dijo: ¿Cómo era aquel varón que encontrasteis, y os dijo tales palabras?
8 Y ellos le respondieron: Un varón velludo, y ceñía sus lomos con un cinto de cuero. Entonces él dijo: Es Elías tisbita.