2 E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse ni a derecha ni a izquierda.
3 Y aconteció que a los dieciocho años del rey Josías, el rey envió a Safán hijo de Azalías, hijo de Mesulam, escriba, a la casa de Jehová, diciendo:
4 Ve a Hilcías, sumo sacerdote: dile que recoja el dinero que se ha metido en la casa de Jehová, que han juntado del pueblo los guardianes de la puerta,
5 y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen cargo de la casa de Jehová, y que lo entreguen a los que hacen la obra de la casa de Jehová, para reparar las grietas de la casa;
6 a los carpinteros, a los maestros y a los albañiles, para comprar madera y piedra de cantería para reparar la casa.
7 Y no se les pedía cuentas del dinero entregado en sus manos, porque ellos procedían con fidelidad.
8 Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías a Safán escriba: He hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó.