23 Sólo asegúrate de no comer sangre; porque la sangre es la vida; y no has de comer la vida juntamente con su carne.
24 No la comerás; en tierra la derramarás como agua.
25 No comerás de ella; para que te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, cuando hicieres lo recto en ojos de Jehová.
26 Pero las cosas que tuvieres consagradas, y tus votos, las tomarás, y vendrás al lugar que Jehová hubiere escogido;
27 y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehová tu Dios: y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehová tu Dios, y comerás la carne.
28 Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, cuando hicieres lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios.
29 Cuando Jehová tu Dios hubiere destruido delante de ti las naciones a donde tú vas para poseerlas, y las heredares, y habitares en su tierra,