8 Los cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios; las hayas no fueron semejantes a sus ramas, ni los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en el huerto de Dios fue semejante a él en su hermosura.
9 Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles de Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia.
10 Por tanto, así dice Jehová el Señor: Por cuanto se encumbró en altura, y puso su cumbre entre densas ramas, y su corazón se elevó con su altura,
11 por eso yo lo he entregado en mano del poderoso de las naciones, que de cierto tratará con él. Yo lo he desechado por su impiedad.
12 Y los extranjeros, los violentos de las naciones, le han cortado, y lo han abandonado. Sus ramas caerán sobre los montes y por todos los valles, y por todos los ríos de la tierra será quebrado su ramaje; y se irán de su sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán.
13 Sobre sus ruinas habitarán todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarán todas las bestias del campo,
14 para que no se exalten en su altura todos los árboles que están junto a las aguas, ni levanten su cumbre entre las espesuras, ni en sus ramas se paren por su altura todos los que beben aguas; porque todos son entregados a muerte, a la parte más baja de la tierra, en medio de los hijos de los hombres, con los que descienden a la fosa.