2 al valiente y al hombre de guerra, al juez y al profeta, al prudente y al anciano;
3 al capitán de cincuenta y al hombre de respeto, al consejero, al artífice excelente y al hábil orador.
4 Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores.
5 Y el pueblo sufrirá opresión, los unos de los otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble.
6 Cuando alguno tomare a su hermano, de la familia de su padre, y le dijere: Tú tienes vestidura, tú serás nuestro príncipe, y estas ruinas estarán bajo tu mando;
7 él jurará aquel día, diciendo: Yo no seré el sanador; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo.
8 Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído; porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehová, para irritar los ojos de su majestad.