1 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi Espíritu, añadiendo pecado a pecado!
2 Caminan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.
3 Por tanto, la fortaleza de Faraón será vuestra vergüenza, y la confianza en la sombra de Egipto será vuestra confusión.
4 Porque sus príncipes estuvieron en Zoán, y sus embajadores vinieron a Hanes,
5 todos se avergonzaron del pueblo que no les aprovecha, ni los socorre, ni les trae provecho; antes les es para vergüenza, y aun para oprobio.
6 Carga acerca de las bestias del Neguev: De la tierra de tribulación y angustia, de donde viene el leoncillo y el león, la víbora y la serpiente voladora, llevarán sus riquezas sobre los lomos de sus asnos, y sus tesoros sobre gibas de camellos, a un pueblo que no les será de provecho.
7 Ciertamente Egipto en vano e inútilmente dará ayuda; por tanto yo dije así: Su fortaleza será estarse quietos.