14 Los pecadores se asombraron en Sión, espanto sorprendió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?
15 El que camina en justicia, y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos por no recibir cohecho, el que tapa su oído para no oír propuestas sanguinarias, el que cierra sus ojos para no ver cosa mala:
16 Éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.
17 Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.
18 Tu corazón imaginará el espanto, y dirá: ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el que pesa? ¿Dónde está el que cuenta las torres?
19 No mirarás a aquel pueblo obstinado, pueblo de lengua difícil de entender, de lengua tartamuda que no puedas comprender.
20 Mira a Sión, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota.