18 Di al rey y a la reina: Humillaos, sentaos en tierra; porque la corona de vuestra gloria caerá de vuestras cabezas.
19 Las ciudades del Neguev serán cerradas, y no habrá quien las abra; toda Judá será llevada cautiva, será llevada cautiva toda ella.
20 Alzad vuestros ojos, y ved a los que vienen del norte; ¿dónde está el rebaño que te fue dado, tu hermosa grey?
21 ¿Qué dirás cuando Él te castigue? Porque tu los enseñaste a ser príncipes y cabeza sobre ti. ¿No te tomarán dolores como a mujer que está de parto?
22 Cuando dijeres en tu corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto? Por la enormidad de tu maldad fueron descubiertas tus faldas, fueron desnudados tus calcañares.
23 ¿Podrá el etíope mudar su piel, o el leopardo sus manchas? Entonces también vosotros podéis hacer bien, estando habituados a hacer mal.
24 Por tanto, yo los esparciré, como tamo que pasa, al viento del desierto.