22 A todos tus pastores arrasará el viento, y tus amantes irán en cautiverio; entonces te avergonzarás y te confundirás a causa de toda tu maldad.
23 Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros: ¡Cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolores como de mujer que está de parto!
24 Vivo yo, dice Jehová, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá fuese anillo en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría.
25 Y te entregaré en mano de los que buscan tu vida, y en mano de aquellos cuya vista temes; sí, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de los caldeos.
26 Y te arrojaré a ti, y a tu madre que te dio a luz, a tierra extraña en donde no nacisteis; y allá moriréis.
27 Y a la tierra a la cual con el alma anhelan volver, a ella no volverán.
28 ¿Es este hombre Conías un ídolo vil quebrado? ¿Es vaso con quien nadie se deleita? ¿Por qué fueron arrojados, él y su generación, y echados a tierra que no habían conocido?