23 Arco y lanza empuñarán; crueles son, y no tendrán misericordia; sonará la voz de ellos como el mar, y montarán a caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sión.
24 Su fama hemos oído, y nuestras manos se descoyuntan; la angustia se apodera de nosotros, dolor como de mujer que está de parto.
25 No salgas al campo, ni andes por el camino; porque espada de enemigo y temor hay por todas partes.
26 Hija de mi pueblo, cíñete de cilicio, y revuélcate en ceniza; haz luto como por hijo único, llanto de amarguras; porque pronto vendrá sobre nosotros el destructor.
27 Por fortaleza te he puesto en mi pueblo y por torre; conocerás pues, y examinarás el camino de ellos.
28 Todos ellos son rebeldes obstinados, andan con calumniadores; son bronce y hierro; todos ellos son corruptores.
29 Se quemó el fuelle, por el fuego se ha consumido el plomo; por demás fundió el fundidor, pues los malvados no han sido desarraigados.