15 Tú llamarás, y te responderé yo; tendrás placer en la obra de tus manos.
16 Pero ahora me cuentas los pasos, y no das tregua a mi pecado.
17 Sellada está en saco mi transgresión, y tienes cosida mi iniquidad.
18 Y ciertamente el monte que cae se deshace, y las peñas son traspasadas de su lugar;
19 Las piedras son desgastadas con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra; de igual manera haces tú perecer la esperanza del hombre.
20 Para siempre serás más fuerte que él, y él se va; demudarás su rostro, y lo despedirás.
21 Sus hijos alcanzan honor, y él no lo sabe; o son humillados, y no entiende de ellos.