3 Determina ahora, dame fianza para contigo: ¿Quién es aquél que querría ser mi fiador?
4 Porque has escondido de su corazón la inteligencia; por tanto, no los exaltarás.
5 El que habla lisonjas a sus amigos, aun los ojos de sus hijos desfallecerán.
6 Él me ha puesto por refrán de pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril.
7 Y mis ojos se oscurecieron por causa del dolor, y mis pensamientos todos son como sombra.
8 Los rectos se maravillarán de esto, y el inocente se levantará contra el hipócrita.
9 No obstante, proseguirá el justo su camino, y el limpio de manos aumentará la fuerza.