10 Entonces Dalila dijo a Sansón: He aquí tú me has engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme pues, ahora, yo te ruego, cómo podrás ser atado.
11 Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas, con las cuales ninguna cosa se haya hecho, yo me debilitaré, y seré como cualquiera de los hombres.
12 Y Dalila tomó cuerdas nuevas, y le ató con ellas, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en una cámara. Mas él las rompió de sus brazos como un hilo.
13 Y Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con mentiras. Dime, pues, ahora cómo podrás ser atado. Él entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela.
14 Y ella hincó la estaca, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Mas despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela.
15 Y ella le dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has revelado aún en qué consiste tu gran fuerza.
16 Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia.