2 Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, y no tengo entendimiento de hombre.
3 Yo ni aprendí sabiduría, ni tengo el conocimiento del Santo.
4 ¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su Hijo, si lo sabes?
5 Toda palabra de Dios es pura; es escudo a los que en Él esperan.
6 No añadas a sus palabras, no sea que Él te reprenda, y seas hallado mentiroso.
7 Dos cosas te he demandado. No me las niegues antes que muera.
8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí. No me des pobreza ni riquezas; mantenme del pan necesario;