12 Si fueres sabio, para ti lo serás; mas si fueres escarnecedor, pagarás tú solo.
13 La mujer insensata es alborotadora; es simple e ignorante.
14 Se sienta en una silla a la puerta de su casa, en los lugares altos de la ciudad,
15 para llamar a los que pasan por el camino, que van por sus caminos derechos.
16 Dice al que es simple: Ven acá. A los faltos de cordura, dice:
17 Las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oculto es sabroso.
18 Y no saben que allí están los muertos; que sus convidados están en lo profundo del infierno.