3 Honra a las viudas que en verdad son viudas.
4 Pero si alguna viuda tuviere hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos en casa, y a recompensar a sus padres; porque esto es bueno y agradable delante de Dios.
5 Y la que en verdad es viuda y sola, confíe en Dios, y permanezca en súplicas y oraciones noche y día.
6 Mas la que vive en placeres, viviendo está muerta.
7 Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles.
8 Y si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
9 Sea puesta en la lista, la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido.