1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.
2 De otra manera cesarían de ofrecerse, ya que los adoradores, limpios una vez, no tendrían más conciencia de pecado.
3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados.
4 Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.