12 diciendo: Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la iglesia te alabaré.
13 Y otra vez: Yo en Él pondré mi confianza. Y otra vez: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.
14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
15 y librar a los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
16 Porque ciertamente no tomó para sí la naturaleza de los ángeles, sino que tomó la de la simiente de Abraham.
17 Por cuanto le era preciso ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel Sumo Sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
18 Porque en cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.