25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;
28 y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
29 Mi Padre que me las dio, mayor que todos es, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
30 Yo y mi Padre uno somos.
31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.