27 Y vino por el Espíritu al templo. Y cuando los padres metieron al niño Jesús en el templo, para hacer por Él conforme a la costumbre de la ley,
28 él entonces le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:
29 Señor, ahora despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra;
30 Porque han visto mis ojos tu salvación,
31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32 luz para revelación a los gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel.
33 Y José y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de Él.