17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa, casa de oración será llamada por todas las naciones? Pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
18 Y lo oyeron los escribas y los príncipes de los sacerdotes, y buscaban cómo le matarían; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina.
19 Y al llegar la noche, Él salió de la ciudad.
20 Y en la mañana, pasando por allí, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.
21 Y Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, he aquí la higuera que maldijiste se ha secado.
22 Y respondiendo Jesús les dijo: Tened fe en Dios.
23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho.