5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
6 Y a la media noche fue oído un clamor: He aquí, viene el esposo; salid a recibirle.
7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y aderezaron sus lámparas.
8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
9 Mas las prudentes respondieron, diciendo: No; no sea que no haya suficiente para nosotras y vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras.
10 Y entre tanto que ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
11 Y después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!