24 A la verdad el Hijo del Hombre va, como está escrito de Él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a tal hombre no haber nacido.
25 Entonces Judas, el que le entregaba, respondió y dijo: ¿Soy yo, Maestro? Él le dijo: Tú lo has dicho.
26 Y mientras comían, Jesús tomó el pan, y lo bendijo, y lo partió y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
27 Y tomando la copa, habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;
28 porque esto es mi sangre del nuevo testamento, la cual es derramada por muchos para remisión de pecados.
29 Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
30 Y cuando hubieron cantado un himno, salieron al monte de los Olivos.