2 Viendo, pues, Ezequías la venida de Senaquerib, y su determinación de combatir a Jerusalén,
3 tuvo su consejo con sus príncipes y con sus valerosos, sobre cegar las fuentes de las aguas que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron.
4 Y se juntó mucho pueblo, y taparon todas las fuentes, y también el arroyo que va por medio de la tierra, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vinieren?
5 Se confortó, pues, Ezequías , y edificó todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro por de fuera; fortificó además a Millo en la ciudad de David, e hizo muchas espadas y paveses.
6 Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir así en la plaza de la puerta de la ciudad, y les habló al corazón de ellos, diciendo:
7 Esforzaos y confortaos; no temáis, ni hayáis miedo del rey de Asiria, ni de toda su multitud que con él viene ; porque más son con nosotros que con él.
8 Con él es el brazo de carne, mas con nosotros el SEÑOR nuestro Dios para ayudarnos, y pelear nuestras batallas. Y se afirmó el pueblo sobre las palabras de Ezequías rey de Judá.