4 Y por cuanto talaré de ti al justo y al impío, por tanto, mi cuchillo saldrá de su vaina contra toda carne, desde el mediodía hasta el aquilón:
5 y sabrá toda carne que yo, el SEÑOR, saqué mi cuchillo de su vaina; no lo envainaré más.
6 Y tú, hijo de hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos, y con amargura; gime delante de los ojos de ellos.
7 Y será, que cuando te dijeren: ¿Por qué gimes tú? Dirás: Por la noticia que viene; y todo corazón se desleirá, y toda mano se debilitará, y se angustiará todo espíritu, y toda rodilla se irá en aguas; he aquí que viene, y se hará, dijo el Señor DIOS.
8 Y vino a mí palabra del SEÑOR, diciendo:
9 Hijo de hombre, profetiza, y di: Así dijo el Señor DIOS: Di: El cuchillo, el cuchillo está afilado, y aun acicalado;
10 para degollar víctimas está afilado, acicalado está para que relumbre. ¿Hemos de alegrarnos? Viene menospreciando a la vara de mi hijo como a todo árbol.